Présentation de Dominique MULHEM

LA MIRADA DEL INTERIOR

"Sustituí a mi cuaderno de bosquejo por la documentación fotográfica, mis pinceles por el aerógrafo y mi buril por el rayo láser...". Dominique MULHEM expone claramente su programa. Pide a la tecnología aportar a su pintura el suplemento de alma que es la marca de su deseo y su ambición. La verdad de su arte reside en el dualismo de su visión : viendo y mirando, cuando MULHEM ve el arte, el arte de los otros, el gran arte del presente y el pasado, prueba al mismo tiempo la sensación aguda de participar en gran colectiva que un tiempo mira tanto hacia su condición actual como sobre la historia de su pasado. Si recurre a la holografía, es para devolver a su pintura el grosor, la profundidad tangible de la memoria.

Había visto a la Galería Eterso el año pasado una exposición dedicada al "Nuevos a los Realistas" y había observado esta "mirada del interior" que mencionaban los holopeintures de Mulhem. Tuve deseo de volver a ver al artista y fui hace dos meses visitarle en compañía de Jacques Lambert. Me encontré en un taller del suburbio parisiense, sobrecargado de sus obras, de un láser arreglado ad hoc, de su presencia.

He aquí su laboratorio mental, la fábrica de sus sueños, el taller donde se condensa en imágenes dualistas la intensidad interior de la mirada, me esperaba no ver más que holopeinturas, es de la pintura a la potencia 2 que se me mostró. Asistí a una verdadera visita de museo, a la perfecta reproducción de obras a grandes amos, delante de que de bonitas muchachas agradablemente desvestidas tomaban una instalación ventajosa. ¡Criaturas de sueño ante una pintura de sueño ! ¡delante de ! Es más bien "en" que debería decir, ya que mi ojo resultó incapaz de comunicar las cosas, de borrar esta visión simultánea, los dos elementos.

Es seguramente así como funciona el cerebro de MULHEM, y por ello funciona nuestra memoria visual en las galerías o los museos. Este hombre discreto y secreto sabe quien quiere, este manitas brillante es lleno de su tema, que es darlo a ver la pintura que le gusta y la pintura que hace bajo el mismo ángulo óptico de la simultaneidad. Si MULHEM nos toma a la trampa. Es para ayudarnos a ver mejor al interior, y del interior. He aquí lo que llamaría una lección de pintura, y que se nos da en suavidad, sin abusiva pretensión. Una lección cuyo provecho saco, si la mirada de MULHEM parece a veces desatento, es que está más allá de las apariciones superficiales, un poco más lejos ellas y un poco más cerca de la verdad del arte.
Observe estas obras a dos veces, valen la pena, y atención, esta higiene del ojo en la "mirada del interior" corre el riesgo de llevarnos lejos, en la profundidad del sueño despierto.

Pierre RESTANY

Milán, el 18 de mayo de 1993